El Campo del Moro es un jardín histórico que, ya en los años 50, ya fue objeto de una torpe agresión al introducir en pleno jardín un edificio racionalista de dudoso gusto para albergar el Museo de Carruajes. Medio siglo después, un nuevo plan constructivo ha supuesto una agresión aún mayor si cabe, al destruir un bello rincón en su esquina sureste para erigir el futuro Museo de Colecciones Reales, que tendrá su acceso por la Plaza de la Armería, como denuncia ahora Ecologistas en Acción.

En concreto, este rincón poseía el llamado Estanque de la Cascada, precedido de una gran y preciosa rocalla que ha desaparecido junto con varias decenas de árboles de gran porte a consecuencia de las obras del nuevo museo.

La Ley de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid afirma con toda claridad que “no podrán eliminarse partes de un Bien de Interés Cultural [caso del Jardín Histórico del Campo del Moro], excepto en el caso de que conlleven su degradación o de que la eliminación permita una mejor interpretación histórica”, casos que ni de lejos se daban en este rincón del Estanque de la Cascada, ahora perdido para siempre.

Pero no sólo es la pérdida de este lugar dentro del jardín lo que Ecologistas en Acción quiere denunciar. Existe otro gran impacto derivado de la construcción de este edificio de trazas funcionales justo debajo de la Catedral de la Almudena (de estilo clasicista) y lo que es más grave, al lado del Palacio Real (barroco de transición al neoclásico). Esta inadecuación estilística, altera de forma notable la panorámica más emblemática de Madrid, la cornisa del Manzanares, donde esta ciudad se identifica a sí misma como en ningún otro lugar.

En definitiva, se trata de una actuación de una gran torpeza urbanística, teniendo en cuenta que actualmente existen en Madrid edificios históricos tristemente abandonados, en posición muy céntrica, que podrían haber albergado perfectamente este nuevo museo. De la misma manera, esta iniciativa podría haber dado lugar al derribo del antiguo Museo de Carruajes, situado en pleno jardín. En vez de eso, se ha optado por adecuar el edificio para una Escuela de Música, dejando paso a vehículos dentro del Campo del Moro, algo que constituye un auténtico atentado al propio jardín.