El que playas tan desnaturalizas y con tantos problemas ambientales como Fuentebravía consigan una distinción teóricamente por su buen estado medioambiental suena a cachondeo, y solo es explicable si el Ayuntamiento ha remitido a la asociación privada que otorga estas distinciones una información claramente manipulada.

Habría que recordar que las banderas azules -“galardones” concedidos por la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor-, carecen de cualquier tipo de credibilidad, ya que se basan en meros aspectos turísticos y no evalúan con rigor el estado medioambiental de las playas. De hecho, no existen inspecciones para comprobar su estado, teniendo en cuenta esta asociación exclusivamente la información que les remiten los Ayuntamientos.

La bandera azul de Fuentebravía es un insulto a la inteligencia. El informe técnico elaborado por la misma Demarcación de Costas ha corroborado que es una playa muerta, que se mantiene artificialmente con aportes de arena que se pierden en los temporales de invierno. Esta playa es el ejemplo de lo que no debe ser nunca el litoral: espigones que interrumpen la corriente de deriva e impide el tránsito de los sedimentos arenosos desde la desembocadura del Guadalquivir, construcción de edificios y muros en la misma playa que, incumpliendo las normas de la Ley de Costas, provocan un aumento de la erosión durante los temporales de invierno detrayendo la arena que se aporta año tras año de forma infructuosa… Para esta supuesta regeneración ni siquiera se ha utilizado en algunas temporadas arena de playa, sino de una cantera de la cercana Sierra de San Cristóbal. La erosión galopante debido a la mala gestión de esta playa ha provocado también un grave peligro para la seguridad de los usuarios que desconocen el estado ruinoso con peligro de desprendimiento en que se encuentran algunos edificios a pie de playa afectados por los temporales ¡Vamos, para darle un premio!.

En otras playas galardonas con banderas azules tampoco se ha tenido en cuenta los graves impactos ambientales que han sufrido y siguen sufriendo. Así en las playas de El Ancla y La Inmaculada se han destruido los bosques de pinares que formaban parte del paisaje de nuestro litoral, la famosa arboleda perdida de Alberti. En la playa de La Muralla no se ha tenido en cuenta que sufre los vertidos insuficientemente depurados de la EDAR Las Galeras, como corroboran año tras año los análisis de la Consejería de Medio Ambiente, que imaginamos tampoco se han remitido a esta asociación.

Es de destacar que estas playas también cuentan con el galardón opuesto, el de bandera negra, otorgado por Ecologistas en Acción en base a análisis rigurosos y contrastados de su situación ambiental y urbanística.

Ante las sospechas de que el Ayuntamiento esté ocultando a esta asociación la situación real de nuestras playas, Ecologistas en Acción solicitó al alcalde en el mes de agosto del año pasado “personarse en los expedientes de solicitud de concesión de Banderas Azules y de Bandera Verde realizada por ese Ayuntamiento en los dos últimos años”. El Ayuntamiento tiene un mes como máximo para contestar a nuestra solicitud, y transcurridos nueve meses no se nos ha permitido analizar dicha documentación, por lo que nuestras sospechas están más que fundadas.

Ecologistas en Acción exige a la sra. Merino que, antes de dejar la concejalía, haga pública dicha documentación, a la que todos tenemos derecho, caso contrario iniciaremos las acciones legales oportunas.

Lo que tendrían que hacer los responsables municipales es solucionar los problemas ambientales de nuestras playas, y evitar nuevas agresiones, en vez de alardear de galardones desprestigiados que consiguen de forma fraudulenta. En el caso de Fuentebravía, se sigue sin cumplir la eterna promesa del estudio de la Universidad de Cantabria para encauzar una actuación correcta que garantice la estabilidad de esta playa y se termine con el derroche fondos públicos.