La extracción de gas natural mediante el “fracking” no es una solución, es un problema

El pasado 4 de julio se publicó en el BOE el otorgamiento del Permiso de
Investigación ARQUETU a la empresa TROFOGAS HIDROCARBUROS SL por 6 años en una superficie de 24.876 hectáreas que afecta a los ayuntamientos de San Vicente de la Barquera, Valdáliga, Rionansa, Tudanca, Udías, Cabezón de la Sal, Ruente, Cabuérniga y Los Tojos.

Esta empresa con tecnología norteamericana (BNK PETROLEUM, INC) y capital canadiense (MACQUARIE CAPITAL MARKETS CANADA LTD.), pretende investigar y explotar gas natural en el subsuelo de Cantabria, mediante un sistema llamado “fracking”.

La Consejería de Industria ha concedido el permiso de investigación el
pasado 31 de marzo. Los trabajos de investigación incluyen la perforación de 4 pozos a gran profundidad.

Esta tecnología no convencional de extracción de gas natural lleva
realizándose en Estados Unidos desde hace años, pero es novedosa en Europa y España, en particular.

La empresa TROFOGÁS HIDROCARBUROS SL ha sido creada para desarrollar en territorio español un denso programa de investigación y prospección de
hidrocarburos (gas principalmente), para la obtención de 6 permisos de
investigación en un total de 386.191,50 hectáreas.

La forma de extracción del gas natural consiste en introducir enormes
cantidades de agua a presión, mezclada con arena y productos químicos, que rompe las rocas bituminosas y libera el gas natural y otros gases y líquidos que están retenidos.

Entre varios problemas que genera esta tecnología de extracción de gas
natural y otros hidrocarburos, está la contaminación del suelo y del
subsuelo con las sustancias químicas que se añaden al agua a presión y los
gases que se liberan, que afectan a las aguas subterráneas y superficiales.

Según el informe del Tyndall Centre, la poca información suministrada por
las operadoras permite, aún así, certificar que numerosas sustancias han
sido clasificadas por organismos de control europeos como de “inmediata
atención” debido a sus efectos potenciales sobre la salud y el ambiente. En
particular, 17 han sido clasificadas como tóxicas para organismos acuáticos,
38 son tóxicos agudos, 8 son cancerígenos probados y otras 6 están
sospechadas de serlo, 7 son elementos mutagénicos, y 5 producen efectos
sobre la reproducción. Si bien el nivel de riesgo asociado al uso de estas
sustancias depende de su concentración y de la forma en que se exponga a los seres vivos y al ambiente durante su utilización, las enormes cantidades que deben emplearse –para una plataforma de 6 pozos oscilarían entre los 1.000 y los 3.500 m3 de químicos-, serían, por sí mismas, motivo de máxima
precaución y control.

Al margen de la contaminación que pudiera producirse en un pozo, los
impactos por la explotación de este tipo de yacimientos (*shale gas)* deben
considerarse como un todo que incluye el movimiento de vehículos, la
utilización y contaminación de enormes cantidades de agua, la contaminación auditiva, el deterioro del paisaje, etc. Por estos motivos, este Permiso de Investigación otorgado está generando interés y preocupación en diversos sectores sociales.

Se ha remitido amplia documentación sobre este proyecto a todos los
ayuntamientos afectados para que valoren el mismo y puedan en su caso
presentar alegaciones o recursos ante su aprobación.

Varios colectivos, entre ellos Ecologistas en Acción de Cantabria, Mortera
Verde, ARCA, así como los colectivos del 15M de Santander y Cabezón,
presentarán a la Consejería de Industria, antes del 4 de agosto, un recurso
de reposición contra el otorgamiento del citado Permiso de Investigación
ARQUETU y anuncian que, si se rechaza, iniciarán un contencioso
administrativo contra el mismo.