Planteamos en el documento, como líneas generales, el fracaso rotundo de la implantación de las infraestructuras del tren de Alta Velocidad en España que desaconseja proseguir con su desarrollo. Esto deja un panorama de miles de km de AVE pero pocos viajeros transportados y un inaceptable listado de impactos territoriales y ambientales de la alta velocidad, sobre todo la fragmentación del territorio, con brutales consecuencias sobre la biodiversidad. También habría que sumar al efecto de “succión” de la actividad que ejercen los principales nodos de la red respecto de los nodos menores y la desertización que provocan en los municipios por donde discurre el trazado ya que no gozarán de los servicios ferroviarios.

Este Estudio Informativo incumpliría las determinaciones de la Autoridad Ambiental por la que se establece la amplitud y el nivel de detalle del Estudio de Impacto Ambiental y se trasladan las consultas previas del Documento Inicial, ya que elimina del Estudio las alternativas recomendadas por la autoridad ambiental y propuestas por Ecologistas en Acción, que se basaban en ubicar el nuevo trazado sobre el actual con las correcciones necesarias, dado que el impacto ambiental era el menor de todos.

Además, la elección de la alta velocidad (250 km y 330 km) como velocidades de diseño para las diferentes alternativas estudiadas para un recorrido de montaña, elevaría el presupuesto de la infraestructura de forma insostenible (por encima de los 4.000 millones de euros, duplicando el coste de la alternativas que no se han estudiado) lo que pondría en cuestión la viabilidad de la necesaria modernización de la actual línea Teruel-Sagunto, dado que en las actuales circunstancias económicas y presupuestarias ese proyecto es inviable y de imposible ejecución.

El recorrido en la alternativa elegida discurre bajo túnel en un 50% de su recorrido y en un 10% en viaducto, y para salvar las cuestas de Ragudo se planea un único túnel de una longitud superior a 31 km. Ese túnel más largo que el que atraviesa la Sierra de Guadarrama, que supuso un hito en la ingeniería ferroviaria, eleva el coste de la obra a una media de 32 millones de euros por km, la más alta de todas las líneas de alta velocidad en España.

Frente a ese desorbitado e inviable proyecto promovido por el Ministerio de Fomento,proponemos la modernización del actual trazado ferroviario, con las oportunas rectificaciones, para conseguir una velocidad media de 100 km/h acorde con la orografía de un recorrido de alta montaña, con trenes de tecnología pendular, teniendo en cuenta además que se planea el trazado con un doble uso (pasajeros y mercancías) y que las mercancías no necesitan para nada la alta velocidad.

La conexión Teruel-Sagunto con un tren de Alta Velocidad no supondría además una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero respecto a las alternativas motorizadas. El Estudio de Impacto Ambiental inexplicablemente no estudia las emisiones de gases de efecto invernadero en la fase de construcción y explotación de la infraestructura proyectada en la alternativa elegida y en el resto de alternativas.

Finalmente, los impactos relacionados con los inmensos movimientos de tierras necesarios para la construcción de los túneles y terraplenes (más de 25 millones de m3 se deberían enviar a vertedero) serían de severos a críticos, aparte de que, las canteras para efectuar los préstamos necesarios reseñados en el Estudio Informativo o están inactivas, o agotadas o no cuentan con los permisos necesarios.