Ecologistas en Acción recuerda que la catástrofe resultó en el mayor vertido de radiactividad al mar. El accidente en la central nuclear de Fukushima-Daiichi que ocurrió el 11 de Marzo del año pasado resultó en el mayor vertido de radiactividad jamás hecho por el hombre en los océanos.

Ecologistas en Acción resalta la seriedad del asunto teniendo en cuenta que los niveles de radiación en la zonas directamente afectadas eran miles de veces de mayor que los limites de seguridad, lo cual indica la mortalidad para algunas especies.

Ecologistas en Acción enfatiza que se desconocen los efectos dañinos de la exposición prolongada a la radiación para los ecosistemas marinos, así como los niveles nocivos que pueden acumular en la cadena trófica y llegar a afectar la población.

Durante el accidente se decidió verter aproximadamente 11,500 toneladas de agua débilmente radiactiva al océano para permitir el enfriamiento de los reactores de la central de Fukushima. Sumando las continuas fugas accidentales de sus instalaciones y, en menor medida, la deposición atmosférica, la contaminación de radiactividad en el mar en las inmediaciones de la planta llego a ser hasta 7,5 millones de veces superior al límite legal.

En unos meses los niveles de radiación se disminuyeron (e.g. yodo-131) pero su dispersión aún continua . La ubicación de la central nuclear Fukushima facilitó su rápida dispersión, ya que en estas costas recorre una de las corrientes más importantes del mundo, llevando muy lejos las aguas contaminadas por el Océano Pacífico. Tres meses después, el Junio, se detectaron niveles de cesio-137 (un radioisótopo con vida media de 30 años) a 400 millas de la nuclear, mil veces más altos que lo normal. Por otro lado la dispersión atmosférica fue mucho más rápida. En solo 15 días después del accidente, la radiación atmosférica llegó a todo el hemisferio del Norte, incluso Europa.

La radiactividad, tanto en el mar como en la tierra, se absorbe de los organismos expuestos y se deposita en sus órganos provocando patologías graves como el cáncer. Según los niveles de la exposición, los efectos agudos pueden ser mortales. Ecologistas en Acción recuerda que los organismos bentónicos filtradores de interés pesquero, como los moluscos y los crustáceos, son los más sensibles porqué filtran y acumulan la contaminación, y a la vez pueden ser fuente de exposición a la radiactividad.

El accidente de la central nuclear de Fukushima, Japón, uno de los países más desarrollados en el mundo, nos demuestra claramente la poca seguridad de la energía nuclear.

Ecologistas en Acción declara que es necesario renunciar el uso de la energía nuclear tanto para la salud humana como para el medioambiente y nuestros mares. Tras lo expuesto, Ecologistas en Acción demanda al Gobierno español que cierre las centrales nucleares de España para evitar cualquier riesgo de catástrofe como la de Japón en nuestro país.