Los planes hidrológicos de las demarcaciones del Ebro, Ceuta, Melilla e Islas Baleares se presentarán mañana, lunes, en el Consejo Nacional del Agua. Ecologistas en Acción ha elaborado estudios de estos planes en los que se revelan serias deficiencias. La organización votará por ello en contra de esos planes, considerando especialmente negativo el del Ebro.

Resulta especialmente grave que el plan del Ebro contemple la creación de 445.000 nuevas hectáreas de regadío en la cuenca (actualmente existen algo menos de 1 millón). Esto produciría gravísimos daños ambientales por la transformación del territorio, pues no existe prácticamente agua en el Ebro para abastecer esas nuevas demandas.

Asimismo, el plan plantea la construcción de un buen número de grandes embalses, que producirían un gran impacto medioambiental y que en su mayoría son innecesarios.

Finalmente, el cálculo de caudales ambientales que se realiza es muy deficiente, pues prácticamente se dejan como caudales ambientales las aguas sobrantes en los cauces después de descontar los recursos que se extraen para los diferentes usos productivos. La mayoría de los caudales ambientales que se establecen incumplen la definición que de los mismos que se realiza en la Ley de Aguas y lo establecido en la directiva Marco de Agua.

Por todo ello, el Plan del Ebro que se presenta es el más “antiambiental” de todos los nuevos planes hidrológicos de demarcaciones que han llegado al Consejo Nacional del Agua en los últimos dos años.

En lo referente al plan de Melilla, destaca el trato destructivo que se da a los cauces y torrentes existentes en la ciudad autónoma. Se plante su revestimiento con hormigón, así como el entubamientos y recubrimiento de algunos tramos, lo que constituye un daño ambiental evidente, al transformar algunas de las pocas zonas naturales que quedan en Melilla. Constituye además un riesgo para las personas en caso de avenidas, pues las actuaciones que el tratamiento de los cauces que se plantean los hace mucho menos eficaces frente a este tipo de fenómenos.

En cuanto al Plan de las Islas Baleares, es parecido al que se aprobó en 2011, aunque reduciendo sustancialmente las actuaciones y protecciones ambientales que se establecían en el anterior. De esta manera, se reduce la protección de las zonas húmedas y de la vegetación natural que crece junto a los torrentes, siendo mucho más permisivo en lo que a extracciones de agua y explotación de acuíferos se refiere.

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PHDH Ebro
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PHDH Ceuta
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PHDH Melilla
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PHDH Islas Baleares