Estos hechos se han puesto en conocimiento del SEPRONA y de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio. Se ha instado a esta administración a una actuación rápida para poder salvar a esta especie, puesto que sólo una pronta respuesta podría liberar a estos organismos de su extinción.

Acicula norrisi es el nombre de este pequeño caracol conocido únicamente de Málaga y de Gibraltar. El hallazgo de 2008 en el Valle del Genal supuso la primera localidad de esta especie en territorio español, y fue noticia en numerosos medios de prensa en enero de 2010. Sin embargo, este hecho no ha servido para proteger de la extinción a esta especie tan amenazada. Tan sólo se conoce otra población española en la Sierra de la Utrera (Casares), amenazada también por la actividad minera.

Por estas razones, Acicula norrisi se encuentra incluida en catálogos internaciones de especies amenazadas (Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza –UICN-), en una categoría similar al lince ibérico, por lo que perder una población supondría una terrible catástrofe para la conservación de la biodiversidad en España.

Acicula norrisi vive en suelos muy húmedos, con mucha materia orgánica y con abundancia de calcio, condiciones tan particulares que no permiten su presencia en otros lugares. A diferencia del resto de los caracoles que son hermafroditas, es decir, que funcionan a la vez como machos y como hembras, Acicula norrisi tiene los sexos separados, con ejemplares machos y ejemplares hembras, lo que dificulta su reproducción y su supervivencia. Esta especie de caracol procede de una estirpe diferente a la del resto de caracoles terrestres y, a diferencia de ellos, presenta una “tapadera” denominada opérculo que protege al animal cuando se encierra en el interior de su concha.