Ecologistas en Acción de Ciudad de Sevilla ha presentado alegaciones a la solicitud que AENA ha elevado a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) para que se eliminará la laguna que forma el arroyo del Tamarguillo en el Parque del mismo nombre. Ecologistas en Acción considera esta petición una frivolidad, y la forma en que se ha tramitado una chapuza.

Hay que señalar también que la actuación que se pretende es sobre una zona húmeda (art. 103.1 de la Ley de Aguas), siendo espacios de gran importancia ambiental. Así, abundando en este argumento, el Convenio Internacional de Ramsar define los humedales como «las zonas de pantanales, marjales, turberas o superficies cubiertas de aguas naturales o artificiales, permanentes o temporales con agua estancada corriente, ya sea dulce, salobre o salada, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad con marea baja no excede de seis metros». Dichos ecosistemas se encuentran protegidos desde Europa por la Directiva Hábitat (92/43/CEE). Posterior legislación europea también protege a las especies
que en ellos se albergan (i.e. Directiva aves 2009/147/CE). Por ello, su desaparición debería justificarse con datos claros, y lo que se pretende hacer debe exponerse con un proyecto con suficiente validez técnica.

No es el caso, en sus alegaciones Ecologistas en Acción señala que no se justifica de forma rigurosa la posible amenaza para la seguridad del tráfico aéreo. AENA ha presentado un documento con 4 fotos, señalando que en la charca hay gansos, pero no presenta ningún estudio sobre el posible peligro, ni una relación de incidentes que justifiquen la actuación, y tampoco un estudio que justifique que la eliminación del humedal es la única alternativa posible.

Tanto la petición presentada por AENA S.A. como el anuncio realizado por la CHG carecen de un proyecto que detalle cuál es el alcance de la actuación a realizar. Como ya se señaló en un punto anterior, de hecho ambos escritos caen en una contradicción ya que por una parte AENA S.A. pide anular, mientras que CHG dice secar. Este último término empleado por CHG requiere de explicaciones adicionales. La laguna en cuestión es un ensanche del arroyo Tamarguillo. Por tanto, secar esta laguna requiere de una intervención en el cauce que afectará al régimen hídrico del
arroyo. Por una parte, si se trata de secar el cauce del Tamarguillo al completo, por sus implicaciones técnicas y ambientales supondría un impacto radical en toda la cuenca, algo que entendemos imposible sin un informe previo de evaluación ambiental, que esperamos fiscalice la CHG. Por otra parte, podría significar el desvió del cauce del Tamarguillo para alejarlo del aeropuerto. Esta actuación implicaría una modificación del cauce que por su magnitud, también requeriría de evaluación ambiental (Ley 21/2013, de 9 de diciembre).

En todo caso, dada la falta de concreción de la propuesta, lo anterior son elucubraciones. Una actuación como la que se propone requiere, además de una mejor justificación de la necesidad y de la falta de alternativas menos impactantes desde un punto de vista ambiental, un proyecto de obra que recoja «como mínimo, un plano de planta a escala de la obra a ejecutar, en el que la misma quede perfectamente definida en relación con ambas márgenes del cauce, acompañado de una sucinta memoria descriptiva».

Por todo ello, Ecologistas en Acción ha solicitado la no concesión de la autorización. Ecologistas en Acción quiere pedir a las administraciones públicas un poco menos de frivolidad, y que se tomen más en serio el cumplimiento de sus obligaciones, entre las que se encuentra el cuidado y protección del medio ambiente.