Ekologistak Martxan denuncia a Iberdrola por el impacto social y ambiental que está generando la construcción de la central hidroeléctrica en Baixo Iguaçu (suroeste de Paraná, Brasil) donde cientos de danmificados reclaman sus derechos mediante una acampada desde hace ya más de un mes.

Si bien la construcción de este embalse y sus impactos ambientales constituyen ya de por sí una razón para mostrar nuestro rechazo, aún se añaden más razones, como son la mala gestión y la falta de respeto con respecto a los desplazados. A esta denuncia se añade la decisión de una audiencia pública de más de 30 órganos públicos de la región y del estado brasileño que exigen al Instituto Ambiental de Paraná (IAP) que suspenda las obras de esta hidroeléctrica por el incumplimiento de las condiciones de la obra, en lo referente a la garantía de los derechos de las personas afectadas.

Fuerte represión policial

Ha pasado ya un mes desde que las familias desplazadas decidieron acampar en el lugar donde se está llevando a cabo la construcción de la hidroeléctrica. Iberdrola (70 %) y Copel (30%), su socia en este consorcio, no están atendiendo las demandas de las familias afectadas y se niegan a escuchar sus demandas de reasentamiento. La última vez que se dieron circunstancias similares, hubo una fuerte represión policial, tal y como denunció también en aquella ocasión Ekologistak Martxan.

El día 8 de noviembre cerca de 150 familias de afectados, integrantes del Movimiento de Afectados por Represas (MAB) de Brasil, resistieron el intento de desalojo de la acampada por parte de la policía militar. Fueron fuertemente reprimidos. Desde aquí nos solidarizamos con esos afectados y activistas y repudiamos el uso de represión y fuerza para acallar sus demandas, en lugar de negociar.