A principios de 2015, Ecologistas en Acción de Extremadura presentó una denuncia ante la Confederación Hidrográfica del Guadiana por las actuaciones que una empresa estaba llevando a cabo en el río Estena. Unas actuaciones y obras que eran de dimensiones importantes y perfectamente visibles y, a pesar de ello, no habían sido advertidas inexplicablemente por los agentes fluviales de la zona.

En las fotos se pueden apreciar, no sólo las vallas colocadas en la ribera para impedir el acceso de personas al cauce, sino la imponente barrera colocada en mitad del río Estena y que lleva años imposibilitando la subida de los peces desde el pantano para reproducirse.

En la actualidad, salvo los años muy lluviosos, prácticamente ni suben, no existiendo peces en un río que, hace menos de 20 años, tenía muchísimo más caudal y grandes cantidades de peces, nutrias, garzas, etc. De estas barreras a lo largo del río Estena, hay varias con alturas insalvables.

Al mismo tiempo denunciábamos el desvío del caudal del río hacía pantanos de fincas privadas, desde El Pantano de Cíjara-Membrillar hasta el monte Rocigalgo, que utilizan el agua del río y de sus afluentes para el recreo de sus propietarios.

Las alambradas están por doquier y ni siquiera dejan paso, cortando de esa forma, no sólo las zonas de servidumbre y de policía de los cauces públicos, sino incluso caminos de acceso históricos vecinales, algunos de los cuales eran senderos de molinos antiguos y vías pecuarias entre pueblos. Por otro lado también denunciábamos precisamente obras en dos grandes riscos en la ribera del río Estena y por tanto en zona de policía y en zona de servidumbre, habiendo vertido los escombros en medio de los pasos, haciendo paredes de gran altura para que sea muy difícil pasar, dado el desnivel.

Estas actuaciones que, como decimos, son visibles desde la propia carretera CM-4106, en el kilómetro 39,500, no habían sido denunciadas por los agentes fluviales a pesar de ser absolutamente descomunales. Pues bien, después de casi dos años agónicos de procedimiento, la Confederación Hidrográfica del Guadiana considera estos aberrantes hechos como una infracción leve y condena a la empresa autora a una multa de tan sólo 600 miserables euros.

Desde Ecologistas en Acción criticamos con rotundidad la actuación pusilánime de la CHG. Es absolutamente inconcebible que se imponga una sanción tan ridícula como ésta ante unas intervenciones faraónicas y sin autorización en el río Estena, que han alterado gravemente su configuración y su cauce, impidiendo incluso el acceso al río en determinadas zonas, para dedicarlo al exclusivo disfrute de algunos propietarios de fincas colindantes. Desde Ecologistas en Acción se van a estudiar acciones, no sólo contra esos propietarios infractores sino contra la propia CHG, por considerar que se pudiera haber incurrido en un delito de prevaricación administrativa.