Un grupo de colectivos contrapublicistas, en los que participa Ecologistas en Acción, se han aliado a nivel internacional bajo el nombre de Subvertisers International y han convocado una semana para denunciar el papel tóxico de la publicidad en los espacios públicos.

Organizaciones de más de una docena de ciudades a nivel internacional han coordinado #SubvertTheCity alrededor del 25 de marzo. Con el lema «Subvertir la ciudad”, estas organizaciones (entre las que se ecuentra Ecologistas en Acción) pretenden organizar talleres, proyecciones audiovisuales y charlas informativas para concienciar sobre la influencia de la publicidad en nuestra vida. Además, se ha propuesto #SubvertTheCity como etiqueta bajo la que se publicarán en redes sociales las distintas acciones creativas que desarrollarán personas de todo el mundo para desintoxicar el espacio público de publicidad y mitigar el consumismo.

Desde Consume Hasta Morir, grupo asociado a Ecologistas en Acción, se afirma que «al desafiar a la publicidad empresarial, personas de todo el mundo estarán llevando la creatividad a las calles para apoyar la lucha por la justicia social, económica y climática, así como por los derechos humanos».

Las personas que viven en las ciudades reciben al día una media de 3.000 impactos publicitarios. Ya sea a través de los medios de comunicación, carteles o marquesinas, pueden llegar a ver y oír un millón de anuncios al año. Algunas ciudades como Grenoble (Francia) se han declarado «libre de publicidad exterior», mientras que en otras la ciudadanía se organiza, como es el caso de una nueva alianza que nace a nivel internacional para concienciar acerca de cómo afecta la publicidad a nuestras vidas.

Desde la alianza Subvertisers International sostienen que «la publicidad comercial invade nuestros espacios y los distintos tipos de medios de comunicación con el objetivo de influir en nuestro comportamiento y servir a los intereses de las grandes empresas». Por ello, su objetivo es analizar cómo la comunicación comercial afecta a nuestros espacios públicos comunes y a nuestra noción de justicia social, económica y ambiental.

Entre los grupos integrantes se encuentran Brandalism y Special Patrol Group (Reino Unido), Democratic Media Please (Australia), Vermibus y DIES IRAE (Alemania), Proyecto Squatters (Argentina), Public Ad Campaign (EE UU), y desde Francia, Le Collectif des Déboulonneurs, Robert Johnson, Résistance à l’Agression Publicitaire y la comisión contra la publicidad del movimiento Nuit Debout. Entre los grupos contrapublicistas españoles está Consume Hasta Morir, colectivo asociado a Ecologistas en Acción.

¿Por qué el 25 de marzo?

Estas acciones tendrán lugar alrededor del 25 de marzo porque en esa fecha, hace ya cuatro años, el potente movimiento antipublicitario francés obtuvo una respuesta jurídica favorable a sus acciones de respuesta contra la publicidad.

El 25 de marzo de 2013, un grupo de activistas franceses del colectivo Les Deboulonneurs fue absuelto después de desfigurar carteles publicitarios en un acto simbólico de desobediencia civil. Las y los activistas argumentaron en el juicio que su «derecho de recepción» fundamental había sido violado al verse forzados a recibir mensajes publicitarios comerciales en el espacio público. El juez estuvo de acuerdo y consideró que sus acciones estaban amparadas bajo la defensa de «libertad de expresión» y «razón de necesidad». Un año más tarde, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas reconoció el derecho de la ciudadanía a desarrollar estas estrategias de gobernanza.

En 2015 se impulsó por primera vez en el Foro Social Mundial de Túnez, el Día Mundial de Lucha contra la Opresión Publicitaria para reconocer el derecho de la ciudadanía a la libre recepción de mensajes publicitarios.

Con esta alianza, las organizaciones integrantes buscan concienciar acerca de la necesaria reducción de publicidad comercial en el espacio público, privado y familiar y regular con firmeza los medios de influencia que las personas publicitarias utilizan afín de proteger el libre arbitrio de la ciudadanía y enfrentar la publicidad comercial de las empresas transnacionales a través de la promoción de las formas de expresión alternativas y sin ánimo de lucro.