Nuestros océanos y mares están sufriendo una sobreexplotación feroz, debido especialmente a la presión pesquera, que genera un grave impacto sobre la biodiversidad marina. Aunque es evidente la disminución en las capturas de algunas especies, no se advierte signos de moderación en el sector pesquero y continúan aumentando los graves impactos que amenazan a varias especies como el rape, la anchoa, la merluza o la caballa.

Es urgente adaptar la presión pesquera a los recursos disponibles, garantizando su sostenibilidad, promoviendo nueva legislación que ordene su gestión y explotación y haciéndola cumplir, realizando los necesarios estudios e inventarios sobre los ecosistemas marinos y su estado de conservación.

¿Qué puedes hacer tú?

  • Pide información sobre la procedencia del pescado que comes y compra los que correspondan a especies que no estén amenazadas y cuya procedencia sea cercana.
  • Solicita información sobre las tallas mínimas que deben tener los peces para su consumo, y asegúrate de no comprar peces que incumplan dichas tallas mínimas.
  • No compres atún rojo, ya que se trata de una especie sobreexplotada y en riesgo de desaparición ni langostinos pescados mediante redes de arrastre, una de las artes de pesca con mayor impacto sobre el ecosistema.
  • Consulta el sistema de alerta rápida de la Unión Europea sobre la presencia de mercurio por encima de los niveles recomendados en diferentes pescados de consumo.
  • Si vas a pescar utiliza artes de pesca que sean selectivas con las especies objetivo.